Cuando era pequeña las tardes de verano las solía pasar en casa de mis abuelos maternos. Allí les hacía compañía y, además, les ayudaba en lo que podía.
De esta manera, mi abuela me introdujo en el maravilloso mundo de las labores de costura. Fue, entonces, cuando sólo contaba con unos siete años, cuando aprendí a hacer punto de cruz, calados, ganchillo, bordar, etc. Aquello fue sólo el principio de una preciosa afición que, con el paso de los años se ha ido convirtiendo en mi pasión, mi entretenimiento y mi relax.
Aquí os muestro el muestrario de mi abuela, lo hizo con 7 años (data de 1931) en el colegio de su madre, en el cual enseñaba a bordar, coser, hacer el ajuar, labores, etc... entre otras muchas cosas que enseñaban en las escuelas de antaño.
Me parece precioso y lo tengo enmarcado en mi casa.
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